Friday, October 06, 2006

sé que mis lágrimas
no te importan
aunque mojen tu corazón.

sin tratar de entender el rojo de tus ojos volaba mi llanto hacia el paraíso perdido en nuestros recuerdos de niños bobos enlodados, la panacea de tus labios era, sin duda, una lágrima mía, la más salada, la más maldita. espera, me decías cada mañana al despertar, espera maldita sea, repetías ofuscada mientras yo trataba de encontrar la puerca felicidad de nuestra oscuridad. recuerdos, recuerdos, putos recuerdos que nunca entenderán tus ojos rojos.

sentada en el cielo
tus ojos escriben canciones
de sueños reflejados
en tus dedos recordando
pasos al vacio y saltos
a lo alto del espacio

camino rumbo a aquella tarde, verde de tus labios, amarilla de tus ojos, camino con un pedazo de tu soledad en mis brazos, con la incandescencia de tu rabia y la estupidez de tu supuesta inocencia, al llegar, a caído la tarde, y tu cabello mira desorbitado aquel alucinado y sórdido ser que encandila sus gestos para que tu risa no se voltee, para robarte o para utilizarte

ya no sé como sopesar entre el verde y el amarillo de tu rostro, ke ya no se ve radiante como aquella mañana en la oscuridad de mi vida, ahora tu cabello revolotea junto a mariposas manipuladas, mientras yo continúo porque me di cuenta que me equivoqué de rumbo...

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